Todo iba de maravilla hasta que allá por el km. 40, en un despiste por mirar atrás me he salido un poco y zas, he frenado con el culo, que no veas como quema eso, después tenía toda la cintura dolorida y un hematoma del tamaño de un CD en la nalga izquierda (hay fotos que no pondré por respeto a los distinguidos seguidores de este blog, ja ja ja), el cuello también me duele. Milagrósamente el culote está intacto, es de los buenecíllos.
Siempre queda mal sabor de boca pero me anima el haberme encontrado muy bien y llevar un ritmo alegre durante todo el recorrido, aunque al final el viento daba muy fuerte de cara los últimos 30 km.
El resultado es que mis viejas genius 2 no han aguantado el arrastrón y ya no podré volver a calzarlas, estaban muy pasados los plásticos; habrá que buscarles sustitutas rápidamente para que no decaiga la marcha que llevo.
Por la parte buena hemos vuelto a pedalear juntos mi hermano y yo, que ya hacía muchos años.
