Nos colocamos bien de salida (de la mitad para delante) y cuando aquello se puso en movimiento daba la sensación de que todo iba a ser muy fácil (je je, que iluso), apenas nos pasaba gente y Ramón dice -así vamos bien, no aprietes-, y yo me encontraba bien y mantuve el ritmo, pero en la mitad de la subida de la Rambla, zaaasss, apareció el flato, y bajón de ritmo al canto, adiós Ramón..., de ir contento pasé en 300 metros a pensar en abandonar, madre mía esto hay que arreglarlo, -el flato pasará, tengo que sufrir y pasará-, me repetía en mi cabeza, pero lo único que me pasaba era la gente. Bueno, tranquilo, yo sabía a lo que venía, pero claro siempre el amor propio le toca a uno, je je.
Todo el recorrido estaba repleto de gente que te animaba, sobre todo los niños, y el Paseo estaba abarrotado, cuando te ibas acercando a la meta te crecías por el calor de la gente. El único reto que me había propuesto era intentar que no me doblasen, lo cual yo había calculado que podría pasar entorno a mi segundo paso por meta así que viendo el torrente de personas que me adelantaban y lo mal que yo iba me esperaba que esto ocurriese incluso antes, pero no veía indicios de que alguno de ellos fuera la cabeza de carrera (supongo que iría una moto precediéndole), así que cuando comencé la última vuelta pensé -has triunfado fenómeno, prueba superada-.
Obsérvese mi depurada técnica de piernas (413).
Fue en ese punto donde me enganché a un grupito en el que iban un par de mountain bikers(foto), por lo que pude deducir de sus camisetas, a los que me propuse seguir, pero claro volví a pecar en la subida y otra vez se me hizo interminable. El tramo de bajada de la rambla cogí un poco de aire y encaré Obispo Orberá un poco mejor; llegando a la curva de la Puerta de Purchena para coger el Paseo me adelanta un veterano y yo a rueda, ya en la bajada empiezo a escuchar los zapatazos de gente que viene apretando y entonces el orgullo que le sale a uno (un poco tarde) y me permite hacer un cambio de ritmo, paso al veterano, pero al poco también me adelantan otros dos a mí, se me van unos 5 metros pero cuando ven la meta cerca empiezan a dejarse ir y a uno lo vuelvo a superar ya pisando la alfombra, (que picao que soy, jejeje) uuuuuuuuuffffffff.
"Sprint" en la meta, ja ja ja.
Más de media hora corriendo y luego hecho polvo de piernas (la falta de costumbre), debído al calzado inapropiado he sufrido rozaduras y las uñas de los dedos gordos las tengo despegadas (qué dolor llevando la moto), menos mal que fuímos a recuperarnos tomando unas tapícas. Bueno en general acabé contento y cogí moral para entrenar más, ya que me esperaba haber ido muuucho peor.